El mundo de la protección contra incendio: Parte II

Por Ricardo Galvan

Gerente de Proyectos en PROSEGSA.

Buenos días ,continuando con nuestro articulo mensual relacionado a  SCI (Sistemas Contra Incendio) y SPC (Sistemas de Protección Contra Incendio) en su Parte II , me gustaría señalar  que esto de las normativas, su relación con el diseño año con año, cambian, por ende lo que se planeó y diseño para un edificio o inmueble aplica diferente normativa , que en su momento estaba vigente, es por esto, que cuando se toma un edificio y mas los que nos dedicamos a dar soporte o Pólizas de Mantenimiento, como en PROSEGSA además de las refacciones y dispositivos que también tenemos en nuestros catálogos.

Debemos de abordar el año en que se realizo el edificio, visitar bajo la normativa y así apegarnos lo mas fiel posible al tipo de servicio a dar.

Como verán no es algo que se tome así nada más, ya que involucra diferente tipos de recorridos, frecuencia de servicios, mantenimientos y lo comentó también por que algunos clientes mencionan o piensan que, por que se den menos frecuencia de visitas y mantenimientos, no les estamos dando el mismo costo de clientes que tienen mas visitas y he aquí la razón del por qué, espero haya quedado un poco claro , referente en el tema que dejamos pendiente tocaremos el tetraedro de combustión y una pequeña grafica.

Comencemos por el Calor…

Calor: El calor es un tipo de energía. Su contribución al inicio de un fuego es tan importante que se dice que todo fuego comienza por el calor.

Recordemos que para que una combustión se inicie, necesitamos que el combustible desprenda vapores y esto se consigue mediante el calor. Para que la mezcla de vapores combustibles y oxígeno comience a arder y cree un incendio, necesitamos una fuente de ignición que puede ser: un fuego, una chispa, un cigarrillo encendido, etc., es decir, calor.

El calor se propaga de tres formas:

Conducción.

Atreves de los cuerpos

Radiación.

Emisión rayos infrarrojos

Convección

El aire caliente se eleva por ser más ligero.

La forma más importante de propagación es la convección y es por este motivo por el que los fuegos se propagan más rápidamente hacia arriba. La propagación en sentido horizontal, entre otros factores, se debe a la radiación y la conducción del calor. En sentido hacia abajo el fuego se propaga muy lentamente e incluso en muchos casos se extingue.

Por ejemplo, piense en una cerilla. Si una vez encendida la coloca en posición vertical, con la llama en el extremo superior, es muy fácil que se apague sola y si no lo hace, tardará un tiempo en quemarse por completo. Por el contrario, si la coloca con la llama en el extremo inferior se consumirá rápidamente.

Hago un paréntesis porque también en el diseño de sistema automático de incendio es importante saber estas condiciones para el diseño de la detección automática.

PROSEGSA investiga, diseña y da soluciones para este tipo de necesidades de incendio.

Comburente

El comburente es normalmente el oxígeno del aire. La importancia de este elemento se centra fundamentalmente en la violencia con que se produzca la combustión. Así, por ejemplo, en una atmósfera pura de oxígeno se consigue hacer arder el hierro. Por el contrario, si la concentración de oxígeno es muy baja, el fuego no aumentará o incluso se extinguirá.

En condiciones normales, la concentración de oxígeno en el aire es de un 21% pero cerca de depósitos de oxígeno o en almacenes donde existan botellas o botellones de oxígeno, en caso de fuga, esta concentración puede aumentar y favorecer el inicio del fuego. Algunas sustancias químicas que desprenden oxígeno bajo ciertas condiciones como el Nitrato Sódico (Na NO3), y el Clorato Potásico (KClO3), son agentes oxidantes cuya presencia puede provocar la combustión en ausencia de comburente.

Combustible

Se denomina combustible a toda sustancia que es capaz de experimentar una reacción de combustión.

Los aspectos más importantes por conocer de los materiales combustibles son:

a) Punto de inflamación (Flash Point).

Es la temperatura a la cual una sustancia comienza a desprender vapores o gases en cantidad suficiente para mantener la combustión. Se expresa en grados centígrados.

Este dato es un indicativo de la peligrosidad de un combustible. Cuanto más bajo sea el punto de inflamación más fácilmente desprenderá vapores un combustible.

Así, por ejemplo, la gasolina tiene un punto de inflamación de -43° C a -38° C, dependiendo de su octanaje. El punto de inflamación del aceite de soja es de 282° C, que evidentemente, es menos peligroso que la gasolina, pues se necesita una fuente de calor mayor para hacer alcanza resta temperatura al aceite de soja.

b) Temperatura de ignición.

Es la temperatura a la cual una sustancia empieza a arder espontáneamente. Se la denomina también temperatura de autoinflamación o autoignición.

c) Punto de autoinflamación.

Es aquella temperatura mínima a la cual un combustible emite vapores, que en presencia de aire u otro comburente, comienzan a arder sin necesidad de aporte de una fuente de ignición.

d) Límites de inflamabilidad.

La combustión sólo es posible cuando la concentración de los gases está comprendida entre los valores específicos para cada combustible.

A la mínima concentración necesaria para mantener la combustión se la denomina Límite Inferior de Inflamabilidad (L.I.I.)

La concentración por encima de la cual la combustión no es posible recibe el nombre de Limite Superior de Inflamabilidad (L.S.I.). El límite de inflamabilidad de una sustancia nos indica también la peligrosidad de esta, así, cuanto mayor sea el margen entre el límite inferior y el límite superior, más peligroso será este momento.

En la tabla siguiente se reflejan las características de inflamabilidad de algunos productos:

e) Energía mínima de activación. Como ya se ha dicho, para que los vapores combustibles, una vez mezclados con el oxígeno, comiencen a arder se necesita una fuente de ignición que produzca una cantidad mínima de energía.

A esta cantidad mínima de energía se la denomina energía mínima de activación.

f) Tamaño.

Aunque no es propiamente una característica del material combustible, sí es una condición que facilitará o dificultará el inicio de un fuego. Cuanto más finamente esté dividido un combustible, menos cantidad de calor necesitará para alcanzar la temperatura de ignición o el punto de inflamación.

Esta condición es tan importante, fundamentalmente en los combustibles sólidos, que algunos materiales al estar finamente pulverizados se comportan como combustibles muy peligrosos. Como ejemplo se puede tomar la harina que al estar pulverizada en la atmósfera puede arder tan violentamente que da lugar a explosiones.

Productos de la Combustión

Como en toda reacción química, las sustancias reaccionantes en una combustión dan lugar a otras totalmente distintas. De entre todas ellas, las más importantes son: el humo y los gases tóxicos.

a) El humo está formado por diminutas partículas sólidas y vapor condensado. Estas partículas pueden ser de color, dimensiones o cantidad tales, que dificultan la visibilidad, impidiendo la identificación de las salidas o su señalización.

b) Los gases tóxicos que se desprenden en una combustión son muy diversos dependiendo del material combustible. Los más comunes son el monóxido de carbono y el anhídrido carbónico. El monóxido de carbono envenena por asfixia al combinarse con la hemoglobina de la sangre, impidiendo el transporte del oxígeno que el cuerpo necesita. El anhídrido carbónico estimula el ritmo de la respiración. Esta circunstancia, combinada con la disminución de oxígeno en el aire, puede provocar la asfixia.

En PROSEGSA siempre estaremos buscando las mejores soluciones para tu protección y la de los tuyos.

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